Me aconsejaron mis vecinos no ir a Baalbek porque soldados y malhechores escapados de la cárcel se habían enzarzado en sangrientos enfrentamientos con los militares. Murieron varias personas y la tropa buscaba a un tal Abu Sale, de la tribu de los Zeaiter, que con la de los Jafar impone su ley sobre traficantes de drogas, de hachís de la Bekaa, fronteriza con Siria. En la ciudad del sol se celebraba un taller de poesía en el que jóvenes estudiantes de español debían comentar y elegir algunos poemas del gran artista de la palabra Said Akl, considerado como el Victor Hugo local. Había intentado adaptar el abecedario latino al dialecto…